El amor es la fuerza que mueve el mundo…

Existen muchos escritos y mucho material acerca del amor o de lo que se intenta acercar a lo que es la realidad del amor.

Pero en realidad, ¿tenemos idea de lo que es el amor? Justamente hoy he querido plasmar unas cuantas líneas sobre este tema, ya que el amor es el principio y el fundamento de la religión cristiana, y abordar este tema nos debe llevar a la profundidad de la experiencia y el sentir humano en todas sus dimensiones.

El amor es la experiencia de lo divino en el acontecer humano… en otras palabras es el lenguaje del alma libre de la consciencia clara del corazón limpio…

Cuando Jesús enseña sobre el amor, nos habla de una experiencia liberadora y esperanzadora, es ver en el cristianismo una forma de vivir el amor como algo natural y dignificador es aquí donde comenzamos a ver que el amor es una fuerza que hace que la humanidad sea diferente y vea las cosas diferentemente también.

Nuestras instituciones religiosas, escriben bella y magistralmente sobre el amor, pero ¿acaso con solo escribir es suficiente sobre lo que es el amor en su basto significado? Es aquí donde quiero llegar y darme cuenta que el amor no puede convertirse en una simple “leyenda épica” sino en una realidad constante de esperanza y liberación.

El cristianismo en su esencia le apuesta al amor como la fuerza que mueve a una transformación en el mundo y cada uno de sus estamentos, por eso, el amor no puede teorizarse ni mucho menos reducirse a una letra muerta.

El amor es una iniciación en el conocimiento de la naturaleza de Dios, el amor es el artífice en el despertar de la consciencia, llevándonos está a descubrir y mirar los fondos que yacen en cada realidad.

Cuando un pecador o mejor una persona que en su vida se ha equivocado, y trata de “convertirse” aunque este término es un poco inadecuado, es mejor reemplazar la “conversión” por el “tomar consciencia” el tomar consciencia, es el primer fruto de un amor puro de un amor libre y dignificante, es por eso, que mirar el amor no lo podemos reducir solo al amor o al trato afectivo como pareja es una trascendencia mucho más que ese aspecto, el amor es un mar incontenible y que involucra al ser humano en todo su esplendor sumiéndolo en una dimensión entre lo imposible a ser posible.

Por eso cuando hablamos del amor como fuerza que mueve al mundo estamos dispuestos a darlo todo sin esperar nada… justamente la dimensión de ese amor, es el amor que se da y que no es interesado y justamente es aquí donde comienza la gran batalla donde la sociedad se basa en unos lineamentos de utilitarismo y conveniencia.

Por eso en nuestros contextos el relativismo en los valores y el respeto por la dignidad humana son casi nulos porque estamos ciegos a lo que es la realidad del amor. El día en que el ser humano se dé cuenta que el remedio a la autodestrucción que el ha emprendido está en su mismo interior, interior que también lo lleva a destruir.

Por eso cuando cerramos nuestro interior evitamos que ese amor fluya, que ese amor de esperanza, que ese amor de plenitud. El amor hace que la vida tenga otro sabor, otro color y otro aire, llevándonos realmente a vivir en vez de sobrevivir.

Cuando se ama se vive…

Cuando se ama se libera y no hay espacio para la esclavitud

Cuando se ama hay esperanza y no hay cabida a la amargura y la reducción.

Cuando se ama hay evolución y en la evolución madurez y capacidad de comprensión del propósito de nuestra existencia.

Es por eso que no podemos andar por la vida sin amor, porque quien no siente amor no podrá sentir el impulso de la vida misma hacerlo dejar huella en la historia.

El amor es la tinta con la que se escriben las líneas inmortales de las historias que marcan el alma de quienes viven intensamente, por lo tanto el amor es la fuerza que mueve el mundo y hace que el mundo palpite y tenga su mirada puesta en la esperanza de que podemos ser mejores.

Es el amor la mejor semejanza que podemos tener con Dios, quien dice que el amor no existe, simplemente está negando la realidad de Dios en su vida, y quien solo dice que el amor no es para todos está negando su riqueza interior.

El mejor testimonio de la presencia de Dios en el accionar humano esta en el amor, un amor que simplemente busca el bien, la justicia y la paz.

En el amor esta sellado con la sonrisa del alma, que puede experimentar la felicidad no como un estado de animo sino como un camino que se construye diariamente y que cada uno es responsable de que sabor y que color es su vida y existencia de acuerdo al amor que lleva consigo mismo.

Por tanto, cuando nos quejamos del mundo y de todo, es porque nosotros como componente del universo y la creación estamos descompensados en este aspecto siendo asi un efecto “vuelo de mariposa” afectando al resto de la maquinaria.

Si no nos hacemos responsables de nosotros mismos y no aprendemos a cultivar en la tierra de nuestro corazón, no sabremos cosechar buenos frutos y por ende nuestro universo será una decadencia del “sinsentido” un sinsentido donde todo es relativo… en otras palabras sin amor simplemente estoy muerto en vida, y finjo solamente respirar.

Sin amor simple y llanamente sobrevivimos en la perplejidad de lo que va pasar sin hacer nada al respecto.

Es ir al abismo con los ojos cerrados pensando que vamos por un buen sendero…

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