La Cruz Como Signo De La Renovacion Total

El tema de la cruz es un tema bastante diverso y también bastante profundo, todo depende con la actitud que se quiera abordar.

A veces también nos encontramos con la cruz como una simple teoría y quizá como un tema de la liturgia restándole su valor absoluto como una realidad. Justamente al yo escribir estas líneas no busco solamente hacer una disertación teológica o bíblica de la cruz; mas bien quiero abordar este tema mas que un tema sino como una realidad, en otras palabras, en un testimonio que nos debe llevar a interrogarnos acerca de la realidad de a cruz en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestras iglesias y congregaciones.

La cruz no debe volverse solamente un estandarte o una bandera que empuñamos para marcar el bando en el que nos podemos encontrar. En cambio, si quiero que la cruz sea la vida, sea la realidad no como algo doloroso sino como algo renovador.

Creemos en la mayoría de los casos que la cruz es solo dolor y sufrimiento, no es negar esta dimensión, pero también no podemos encasillarla siempre en estas dos dimensiones, porque la cruz también es esperanza…es renovación… es vida… sí. Es vida porque, aunque veamos en ella la muerte el dolor y la desolación, también es el principio de la vida y ante todo la renovación de todo lo creado.

Por eso ver la cruz hoy en día nos tiene que mover hacerla vida y hacerla visible como la renovación que hoy tenemos en ser una nueva creación. Llegando al punto de encuentro de un Dios que se hace humano y que esa humanidad toma sentido y toma fuerza en la raíz de la cruz como esa renovación que nos lleva a mirar a Dios a sus ojos y reconocerlo como nuestro Padre Yahweh que nos amó y nos ama en la persona de su Mesías Jesús su hijo.

Por eso cuando yo veo una cruz me doy cuenta que no solo es un signo sino también una experiencia y no es una experiencia teológica o académica sino más bien una experiencia humana del mesianismo redentor y restaurador de la cruz como camino y como vida.

Es así como la cruz se tiene que volver el evangelio de la comprensión de la realidad humana, una realidad donde cada día nos damos cuenta de que perdemos el sentido de la vida, pero en la cruz la reencontramos, a revaloramos, pero ante todo nos rehumanizamos dándonos cuenta que el amor no tiene limites ni mucho menos entiende razones de no entregarse para que esta sea abundante y desborde en esperanza, paz y justicia.

Es trascender el signo y el símbolo y convertirlo en el hecho de que Dios es inmanente en el acontecer humano, llevándonos a mirar que hoy en día somos libres y llenos de una esperanza renovadora… es el retornar a la nueva creación donde el amor, el perdón y el servicio son los valores que sustentan esta creación que debe transformar y liberar.

Cuando mires una cruz no pienses solo en el dolor o el sufrimiento sino en la esperanza que Dios en la persona de Jesús nos devolvió y nos restableció nuestra unidad Padre e Hijo en el amor incondicional y limpio de cualquier doblez.

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